Su pasado de reptiles con dientes añade fasto a su belleza de dioses negros, de buitres fieles y muy higiénicos. La evolución los premió con formas sofisticadas para mantenerse limpios en medio de la carroña. Ya quisieran los humanos su fortaleza para resistir todos los males. Y, en estos tiempos de contagio, para evitar las infecciones propias y las de otros.
Estos limpiadores son los primeros salubristas de la naturaleza. Sorprenden por todo. Por sus patas, por sus plumas y por su pico cirujano. Por los vuelos altos con los que nos huyen, por la forma en la que cortejan columnas de aire caliente para sostenerse y planear, por sus hábitos, por sus nidos de uno o dos huevos, por sus crías prodigiosas que cuidan por turnos y con parejas que eligieron para toda la vida.
Conoce más de estos Maravillosos Perseguidos en la calle, en la biología, la música, la literatura y las artes plásticas en este cuaderno de notas.
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